1.- NO DEIS INSTRUCCIONES, PARA ESO ESTÁ EL ENTRENADOR:
Los padres no deben ser entrenadores. Ni en entrenamientos ni en la competición debe un padre realizar indicaciones a los jugadores. Es natural que exista el deseo de ayudar, pero la responsabilidad de dirigir la formación es del entrenador y por tanto será el que de las directrices a seguir.
2) RESPETAD: AL ENTRENADOR – A MIS COMPAÑEROS – A LOS RIVALES
Debemos tener un comportamiento digno cuando se acompañamos al equipo. Tanto en las gradas, como en los viajes, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad como modelos. Nuestra finalidad prioritaria es educar al niño y por tanto no permitiremos malos ejemplos. Siempre debe primar el respeto por los jugadores adversarios, árbitros y resto de aficionados. Hay que evitar cualquier comentario inadecuado o irrespetuoso.
3) DEJAD TRANQUILOS A LOS ÁRBITROS.
Claro que se equivocan. Y nosotros fallamos canastas. Estamos todos en el mismo barco. y NO OLVIDEIS QUE SIN ELLOS NO PODRÍAMOS JUGAR.
4) AVISADNOS EN CASO DE AUSENCIA A UN ENTRENAMIENTO
Es obligación de los padres (cuando la edad de los niños lo requiera), informar del retraso o no asistencia de su hijo a los entrenamientos, con la máxima antelación posible. Nuestra intención es mejorar el entrenamiento, dado que la organización de los mismos depende en gran medida del número de jugadores que asisten.
5) NO NOS DEIS LECCIONES SOBRE NUESTROS ERRORES. HEMOS HECHO LO QUE HEMOS PODIDO Y ENTRENAMOS PARA MEJORAR.
No interferir en el proceso de formación del jugador durante los entrenamientos. No se debe hablar con los hijos sobre ningún aspecto, en el tiempo que éste se encuentre entrenando. El entrenamiento empieza desde que entra en el vestuario hasta que sale del mismo. El objetivo es que el jugador permanezca concentrado en su entrenamiento con sus compañeros.
6) NO PERDAIS LA CALMA EN LOS PARTIDOS. ESTO SOLO ES UN JUEGO, NO OS OLVIDEIS: VENÍS A VERNOS PARA PASARLO BIEN Y DISFRUTAR.